6 de enero de 2015

25 años de la caída del Muro de Berlín

Este artículo fue publicado originalmente el  9 de noviembre de 2009.
Hoy, recién cumplidos los 25 años desde la caída del Muro de Berlín, lo traemos de nuevo a la portada.

La frontera olvidada
La publicación de esta entrada el 9 de noviembre no es, en absoluto, casual.
Tal día como hoy, en 1989, se producía un acontecimiento que alteró para siempre el curso de la historia: la caída del Muro de Berlín.
Por eso hemos querido que este artículo, que habla sobre la antigua frontera que separaba las dos Alemanias, vea la luz precisamente en el día en el que se cumplen 20 años de su desaparición.
Una frontera que aquel 9 de noviembre se borró de los mapas… pero de la que aún quedan restos físicos que nos recuerdan que durante casi 50 años el mundo estuvo dividido en dos bloques aparentemente irreconciliables.
Desde 1961 se calcula que alrededor de 100.000 ciudadanos de la RDA trataron de cruzar la frontera o el Muro de Berlín.
Aunque algunos lograron llegar al “otro lado”, la mayor parte de ellos fueron capturados o murieron intentándolo.
Pero además, centenares de personas cayeron abatidas por los soldados que tenían orden de disparar ante cualquier violación de la frontera.
A ellos queremos dedicarles este reportaje.

Un poco de historia
Al finalizar la II Guerra Mundial los vencedores de la contienda, reunidos en la Conferencia de Yalta, dividieron el territorio alemán en cuatro zonas de ocupación.
Estadounidenses, británicos y franceses controlaban las tres zonas del oeste, quedando en manos soviéticas la que ocupaba el este del país.
La capital germana, aunque situada en la zona oriental, también fue dividida en cuatro sectores siguiendo el mismo sistema.

001Pronto Estados Unidos y Gran Bretaña unificaron sus respectivas zonas de ocupación.
La incorporación de la zona francesa poco después propició el nacimiento, en 1949, de la República Federal Alemana.
Inmediatamente se redactó una constitución y se celebraron elecciones para determinar la composición del parlamento del que saldría el gobierno de recién creado país.
Por su parte los soviéticos crearon la República Democrática Alemana, que de democrática sólo tenía el nombre, dado que el sistema de gobierno elegido fue una dictadura de partido único y signo marxista-leninista.002Desde entonces las tensiones entre ambos bloques no cesaron de aumentar.
Un claro ejemplo fue el bloqueo de Berlín en 1948 decretado por Stalin, que ambicionaba hacerse con el control absoluto de la antigua capital.
La repuesta aliada a este asedio fue el famoso Puente aéreo de Berlín.
El Ejército Rojo y el SED (Partido Socialista Unificado) decidieron cortar las comunicaciones por ferrocarril y carretera, así como suspender el suministro eléctrico y el servicio telefónico al oeste de la ciudad.
La aérea fue por lo tanto la única vía de comunicación entre el territorio de la RFA y Berlín Occidental.
280.000 vuelos, de día y de noche, llevaron durante los once meses que duró el bloqueo combustible, alimentos, medicamentos y todo lo necesario para permitir subsistir a los más de dos millones de habitantes del Oeste, convirtiendo la misión en la mayor operación aérea humanitaria de la historia.003El sitio se levantó el 12 de mayo de 1949 al comprender las autoridades soviéticas que los Aliados no tenían intención de retirarse de la ciudad.

El cierre de las fronteras
Excepto durante el bloqueo, el paso entre uno y otro lado del país era más o menos libre, con lo que los ciudadanos del Este podían comparar el estilo de vida de ambas Alemanias.
Desde 1945 alrededor de 3,6 millones de personas habían abandonado la zona soviética, utilizando más de la mitad de ellos Berlín Occidental como vía de paso.
Esto situaba a la RDA al borde de un colapso social y económico.
El 13 de agosto de 1961, las autoridades del Este decidieron poner en marcha un elaborado plan para detener la masiva huída de sus ciudadanos.
Mediante un mensaje radiado que decía que “Los gobiernos de los estados miembros del Pacto de Varsovia se dirigen a la Cámara Popular y al Gobierno de la RDA con la propuesta de establecer un orden tal, que obstruya el camino a las intrigas en contra de los países socialistas y que garantice una vigilancia segura en toda la zona de Berlín Oeste” anunciaron al mundo el cierre total de las fronteras y el aislamiento físico de la parte occidental de la ciudad.
004 Aquel día comenzó a levantarse el símbolo más conocido de la División alemana: el Muro de Berlín.
Y de los ocho pasos fronterizos establecidos por las autoridades de la RDA (siete por carretera y uno de ferrocarril) el denominado Checkpoint Charlie, en la Friedrichstrasse es el más destacado.
007 006Hoy en día (aunque hace 20 años resultara impensable) los pocos vestigios que quedan de aquella descomunal barrera se han convertido en atracciones turísticas.
Millones de personas viajan hasta la capital alemana para conocer, para fotografiar, para tocar, esos trozos de una historia que durante tanto tiempo separó la ciudad, el país, el continente y, en general, a todo el planeta.
008 Y decimos que tanto el Muro de Berlín como el Checkpoint Charlie son sólo los más conocidos porque no podemos olvidar que ese mismo muro, aunque quizá con otra forma, recorría toda la frontera entre las dos Alemanias.
009 Dado que el único corredor por carretera permitido por los soviéticos para unir la ciudad con la RFA era la autopista Berlín - Helmstedt, existían dos importantes puntos de control situados en ella.
Uno estaba en Dreilinden, en la salida oeste de Berlín al finalizar el sector occidental y otro en la autopista entre las localidades fronterizas de Marienborn y Helmstedt.
En Esperando al Tren vamos a hacer hoy un viaje virtual desde la capital alemana a la antigua RFA.
Abandonaremos la ciudad por el Checkpoint Bravo y tras recorrer la autopista conociendo sus curiosidades entraremos al Oeste atravesando el puesto fronterizo de Marienborn.

Allied Checkpoint Bravo.
Dreilinden, oeste de Berlín.
Berlín, 1980.
Una familia de la ciudad desea hacer un viaje a la República Federal y opta por utilizar su coche. Una vez obtenido de las Fuerzas de ocupación británicas, estadounidenses o francesas el permiso necesario (conocido popularmente como “Flag Orders”) y un visado expedido por los soviéticos (y que costaba 5 DM), podrán ponerse en marcha.

010Por delante tienen cuatro paradas antes de llegar a la RFA.
Completar el trayecto, de algo menos de 200 kilómetros, les llevará (si todo va bien) alrededor de dos horas.
Antes de abandonar Berlín lo primero que encontrarán es el Checkpoint Bravo, uno de los tres puestos de control principales establecidos por los Aliados.
SONY DSC                     012 En ellos no se efectuaba registro alguno y su única función era asegurarse de que los vehículos y sus ocupantes tuvieran todo lo necesario para adentrarse con ciertas garantías en el hostil territorio de la RDA.
SONY DSC                     013 014 SONY DSC                     Estaba gestionado, como el resto de puntos de control, por policías militares franceses, británicos y estadounidenses.
Al llegar les solicitarán los pasaportes o tarjetas de identificación militar, el visado y las Flag Orders.
SONY DSC                     017 018 019 Es necesario comprobar que nombres y números coincidan exactamente con los de los documentos de identificación, pues cualquier error, tachadura o corrección hará que los soldados fronterizos del control que encontrarán pocos metros después les manden de vuelta.
Mediante un mapa con fotografías que se entregaba al conductor, un experimentado agente explicaba las desviaciones que tenía que tomar y el procedimiento para pasar por los puntos de control soviéticos.
021 022 023 Era muy importante seguir las direcciones correctas en la autopista, pues equivocarse en una de ellas supondría tener que dar muchas explicaciones más adelante.
También se le hacía entrega de algunas tarjetas en alemán, inglés y ruso por si sufría alguna avería durante el viaje o era detenido por la Policía.
025 Aquellos que se disponían a hacer la ruta en su propio vehículo sabían que cualquier problema mecánico, por pequeño que fuera, podría convertirse en una odisea si sucedía en el territorio de la RDA.
Para evitar en la medida de lo posible ese tipo de incidentes, los automovilistas debían seguir unas simples recomendaciones.
Además de tener toda la documentación del vehículo en regla era importante verificar que las luces, los limpiaparabrisas y el cuentakilómetros funcionaban correctamente.
También era necesario asegurarse de que la rueda de repuesto estuviera en buen estado y de que se llevaban las herramientas para cambiarla en caso de pinchazo.
026 El depósito de combustible debía ir lleno, pues en ocasiones no había posibilidad de repostar durante el recorrido.
Veremos más adelante que sí que existían gasolineras en la ruta, pero como a éstas no siempre se podía acceder, justo antes de ambos pasos fronterizos se construyeron dos estaciones de servicio.

Área de servicio de Dreilinden.
Oeste de Berlín.

El primer Checkpoint Bravo fue establecido por los Aliados en 1945.
Era una simple casetilla en el medio de la autopista que se fue ampliando a medida que aumentaba el tráfico.
027 028 Desde hace casi 40 años tanto la autopista como las instalaciones están abandonadas, pues a finales de los 60 se trasladó todo el complejo a la A115, haciéndolo mucho más amplio y práctico.
Colindando con el nuevo punto de control estaba el área de servicio de Dreilinden, inaugurada el 15 de octubre de 1969
Ocupa un terreno de algo más de 5000 metros cuadrados, de los que un tercio era arbolado y el resto (la parte no ocupada por los edificios) la zona de aparcamiento.
030 029 Las construcciones fueron encargadas por el Departamento del Senado para la Construcción y Vivienda al prestigioso arquitecto alemán Rainer Gerhard Rümmler y comprendían dos gasolineras (una en cada sentido) y un motel con restaurante.
SONY DSC                     SONY DSC                     Este último, construido en hormigón reforzado, con tres plantas y una superficie total de 1630 metros cuadrados tiene una curiosa forma circular y una no menos curiosa gama cromática.
033 La colorista idea trataba de contraponerse a los tonos grises y a las formas sobrias que dominaban el lado oriental de la frontera (y casi toda la RDA).
9183614 034 035 036 037 038 039 El rojo brillante de la fachada, sus contraventanas azules y sus persianas amarillas ofrecían una calurosa bienvenida y pronto se convirtió en un símbolo que representaba la llegada a la zona oeste.
SONY DSC                     042 Aunque en el proyecto también colaboró otro arquitecto, Hans Joachim Schröder, el edificio mantiene claramente el estilo de Rümmler, que ya había diseñado un buen número de estaciones del metro de Berlín como la que muestra la fotografía.
043 El motel tenía 16 habitaciones, según figura en la guía de 1996 de Tank & Rast, la empresa que gestionaba el área.
044 La siguiente guía que tenemos es de 1998 y la única referencia que hace a Dreilinden es una pequeña tienda en la dirección este.
El motel estaba en el otro lado de la autopista y como los carteles que aún se pueden ver en la entrada son precisamente los de Tank & Rast, suponemos que se cerró entre 1996 y 1997.
046 045 Sabemos por diferentes periódicos que el restaurante (cuya gestión era independiente de la del motel y las gasolineras) tenía una capacidad de 100 comensales y que permaneció abierto hasta el año 2002.
047 A pesar de haber leído mucho acerca de este emblemático edificio, los contradictorios datos que hemos obtenido nos impiden ofrecer una información más precisa.
Tras siete años abandonado, el inmueble salió la venta en febrero de 2009 y desde hace algo menos de un mes pertenece al empresario Thomas Drechsel.
Su pretensión, según ha declarado recientemente, es convertir los 970 metros cuadrados útiles del local en una sala de fiestas aunque “manteniendo el aspecto que siempre veía cuando esperaba, siendo un niño, en la cola de la frontera
048 Por su valor histórico el edificio está catalogado como monumento, así que cualquier actuación ha de respetar la forma, los colores y las enormes letras blancas con el nombre del lugar.
049 Parte fundamental del área de servicio de Dreilinden eran las dos gasolineras.
050 Están construidas una a cada lado del Oso de Berlín, obra en bronce del escultora Reneé Sintenis, que desde 1956 saluda a todos los visitantes de la capital germana.
052 051 062 De nuevo la Arquitectura pop es la protagonista, llamando especialmente la atención las siete columnas de sustentación de la marquesina.
054 Están adornadas con vanos circulares y atravesadas por un largo cilindro a cuyos extremos se colocaron dos enormes relojes.
056 055 057 Entre ellas estaban situados los seis grupos de surtidores, de los que no ha quedado más que una marca en el suelo.
059 058 Como dato curioso podemos decir que las esferas de los relojes de ambas estaciones de servicio tienen diferente tipo de letra.
061 SONY DSC                     No conocemos la fecha de cierre de la gasolinera situada en dirección este, pero sí que hasta 2002 mantuvo un kiosco de comida y bebida de 12 plazas con cabina telefónica, duchas para los transportistas y zona para mascotas.
053 La gasolinera de la dirección oeste funcionó hasta 1996.
064063065 Como cualquier estación de servicio tenía una pequeña tienda, máquinas expendedoras, aseos, teléfono y fax.
083 066 067 068 069 070 071 072 081073 074 075 076 077 078 079082 080 También contaba con un taller para reparaciones rápidas como cambio de luces, arreglo de pinchazos o montaje de repuestos.
084 086 085
Los 175 kilómetros por Alemania del Este
Volviendo a la familia que quería llegar hasta la RDA, una vez superado el trámite del Checkpoint Bravo comenzaba la parte más complicada del trayecto.
087 Nada más cruzar a la RDA tendrán que parar en el puesto fronterizo de Drewitz.
088 Normalmente tendrán que esperar en la cola un buen rato hasta que llegue su turno y levanten la barrera que les dará acceso al punto de control.
089 090 091092 Un soldado indicará al conductor que pare, pedirá que bajen los ocupantes del vehículo y que muestren sus pasaportes. Si son correctos, les guiará hasta el interior del edificio y allí, a través de una estrecha ranura en la pared, entregarán sus documentos a un oficial al que nunca llegarán a ver.
Éste se asegurará de que las personas están en la lista de solicitantes, revisará sus documentos y comprobará minuciosamente su autenticidad, cotejará que los nombres coinciden exactamente con los de las Flag Orders y el visado y ante cualquier sospecha de falsificación les impedirá cruzar la frontera.
093 El tiempo de espera en esta zona oscilaba entre diez minutos y una hora aunque nunca se tenía muy claro de qué dependía dicha espera.
Escuchar una serie de fuertes golpes era una buena noticia, pues era el ruido de los múltiples sellos que estampaban en los documentos y que anunciaban que el proceso había terminado.
Antes de devolverle la documentación por la misma ranura, el oficial escribirá la hora de paso por la frontera, algo aparentemente banal pero que más adelante veremos que era un dato importantísimo.
Probablemente también se registrará el vehículo para buscar artículos prohibidos en la RDA tales como prensa occidental, películas, literatura, comics e incluso juguetes Lego.
Otro rato de espera (esta vez más corto) y se abrirá la barrera de salida.
El gobierno de Alemania del Este, siempre falto de divisas, impuso en septiembre de 1951 un peaje a los vehículos que circulaban por la autopista de 10 DM por coche y de entre 10 y 50 DM por camión (dependiendo del tamaño)
En 1955 la RDA subió la tarifa hasta los 30 DM por coche, pero apenas tres meses después volvió a su precio normal ante las protestas de los ciudadanos del Oeste.
094El peaje “terminó” en 1980, cuando se llegó a un acuerdo por el que el Gobierno Federal pagaría la suma anual de 50 millones de DM a la RDA a condición de que sus ciudadanos no tuvieran que pagar por circular por la autopista.
Estaba completamente prohibido desviarse de las rutas de tránsito y habitualmente se establecían controles policiales en las salidas.
096 095 A lo largo del camino los viajeros tenían algunas áreas de descanso en las que podían parar a estirar las piernas o hacer picnic.
097 Eso sí, bajo la atenta mirada de la Policía para evitar que “secuestraran” a un ciudadano de la RDA.
098 También había áreas de servicio con gasolinera y restaurante, aunque no siempre se podía acceder a ellas.
Testimonios de la época hablan de que, si bien el precio del combustible era más barato que en la RFA, la calidad de los carburantes dejaba mucho que desear.
099 Respecto a los restaurantes, entre los camioneros tenía cierta fama el de área servicio de Michendorf, pues se podía comer muy bien por tan solo 2,89 DM.
100 Los autobuses, por su parte, no podían detenerse más que en un par de áreas especialmente reservadas para ellos, pues las autoridades de la RDA habían observado que esa era la vía de fuga más utilizada.
103 Como es natural no estaba permitido hablar o reunirse con los alemanes orientales y los omnipresentes policías militares soviéticos se encargaban de evitar cualquier contacto.
101 Se sabe que la STASI (Policía de Seguridad del Estado) tenía numerosos agentes entre los camareros, los empleados de la gasolinera e incluso los civiles.
Otra de sus técnicas era viajar en vehículos con matrícula de la República Federal Alemana y tratar de encontrar “traidores” entre sus propios ciudadanos.
Les ofrecían documentación falsa, esconderlos y sacarlos del país o tratos comerciales… así, los infelices que picaban, eran inmediatamente detenidos.
La manera de distinguirlos era mirando precisamente la matrícula, pues nunca se molestaban en pagar el seguro o en tener la ITV pasada.
102 Recordemos que entre las recomendaciones que hacían los Aliados a los viajeros estaba la de comprobar que el cuentakilómetros del vehículo funcionara correctamente.
El motivo era que otro método de recaudación de divisas por parte de la RDA y que tuvo gran éxito fueron las multas por exceso de velocidad.
104 Los alemanes del Oeste estaban acostumbrados a sus autopistas sin límite.
Tenían coches potentes y por norma general trataban de estar el menos tiempo posible en territorio del Este.
La velocidad máxima permitida era de 100 km/h y las patrullas de la Volkspolizei (Policía Popular) se apostaban a lo largo del camino para cazar a todo aquel que la superase.
Había dos modos de sancionar a los infractores.
El primero era el clásico radar, normalmente montado sobre un trípode y escondido entre los árboles. Cuando un vehículo circulaba más rápido de lo permitido el agente avisaba por radio y un kilómetro después, en un lugar en el que la Policía habría cortado un carril, será desviado y multado.
105106 Pero no haberse topado con la patrulla tampoco garantizaba librarse de una multa.
Al llegar a la frontera lo primero que se comprobará es la hora de paso por Drewitz escrita en los documentos y mediante un sencillo cálculo se sabrá si el viaje ha durado menos de lo que debería, lo que implicaría una velocidad superior a la permitida.
Pero la hora de entrada al Este no sólo servía para multar a los occidentales que superaban los 100 km/h.
Si se observaba que se había empleado mucho más tiempo del necesario en cruzar el país, el conductor sería sospechoso de haber tomado un desvío o de haberse reunido con ciudadanos orientales.
Y si se alegaba que se había parado a comer en el restaurante, los guardias fronterizos exigían que se mostrara la factura a modo de prueba.

Puesto fronterizo de Marienborn/Autopista
Marienborn, Sajonia-Anhalt

El 1 de julio de 1945 se construyó un punto de control en la autopista Berlín – Hannover a la altura de la línea de demarcación entre las Zonas de ocupación británica y soviética.
Al ser ésta la ruta más corta entre la RFA y Berlín, lo que en principio fueron solamente un par de casetas de madera terminó convirtiéndose en el puesto fronterizo más importante entre las dos Alemanias.
107 En plena Guerra Fría, con las tensiones políticas entre ambos bloques aumentando, las autoridades soviéticas determinaron que esas construcciones provisionales no ofrecían seguridad a la hora de controlar la frontera.
Entre 1972 y 1974 se estableció en Marienborn, a 1,5 kilómetros al este del anterior, un nuevo puesto fronterizo que ocupaba más de 35 hectáreas (unos 50 campos de fútbol) y que costó alrededor de 70 millones de Marcos Orientales.
108 Daba empleo a aproximadamente 1000 personas entre tropas fronterizas, personal del control de pasaportes, agentes de aduanas y empleados civiles.
109 Entre 1985 y su cierre en 1989 se despacharon en Marienborn casi 35 millones de viajeros.
A ambos lados de la autopista se levantó un muro de hormigón y se complementó con altas torres de vigilancia en la que se apostaban guardias armados.
111 110 Hoy se ha demolido aproximadamente la mitad del complejo y los edificios que quedan en pie se han convertido en el Sitio conmemorativo de la División alemana.
112 Ayudándonos con fotografías antiguas vamos a tratar de continuar el viaje de la familia que llegaba desde Berlín y a la que habíamos dejado llegando a Marienborn.
Los transportes militares aliados no tenían que abandonar la autopista y eran controlados por soldados del Ejército Rojo desde una pequeña caseta de la que no quedan restos.
Pero los civiles que por fin llegaban al final del trayecto por la RDA aún habían de pasar por el trámite más complicado.
De nuevo les tocará esperar una cola de aproximadamente una hora hasta poder acceder a las instalaciones de la frontera.
Y eso si tenían suerte, pues cada vez que las autoridades de Alemania Oriental querían demostrar su desacuerdo con alguna acción de los Aliados lo hacían reduciendo la dotación de Marienborn, algo que solía originar colas de tres o cuatro horas.
113Lo primero era entregar los pasaportes en la garita. Éstos se metían en carpetas de plástico de colores y se depositaban en una cinta transportadora que los llevaba hasta las oficinas.
A Trabant at Checkpoint Alpha.  Checkpoint Alpha was the point where you left West Germany to travel through East Germany to Checkpoint Bravo where you entered West Berlin. Travelers were timed from one checkpoint tto the next.  Checkpoint Charlie was the point in the center of the city where (i'm not sure who) could cross to East Berlin.115 Después pasarán con su coche por delante de un cañón de Rayos gamma, aunque ni ellos ni el resto de los viajeros tenían la menor idea.
Este detector estaba oculto y era capaz de explorar vehículos atravesándolos con los rayos que generaba el Cesio 137 en busca de personas escondidas.
SONY DSC                     Poco antes de la caída del Muro se encargó a la STASI su desmantelamiento en secreto, pero tras la Reunificación alemana se supo que estos sistemas se habían instalado en todos los puestos fronterizos.
Hubo gran preocupación entre los conductores y aunque posteriormente pudo comprobarse que las dosis de radioactividad recibidas no resultaron dañinas, lo cierto es que se habían violado todos los protocolos de seguridad nuclear.
Los coches fúnebres con los restos mortales de las personas que se quería que fuesen enterradas en el Oeste eran desviados a un garaje en el que médicos forenses se encargaban de verificar que, efectivamente, el ocupante del ataúd estaba muerto.
130 Los numerosos intentos de sacar del país a alguien escondido solían terminar aquí, pues los soldados conocían casi todos los trucos empleados.
117 Un método común era reducir el tanque de combustible de modo que pudiera ocultarse una persona detrás de éste, así que entre las comprobaciones realizadas en la frontera estaba la introducción de una barra de metal en el depósito y ante cualquier sospecha, se mandaba desmontar el vehículo.
Mientras se hacía la comprobación en el taller, los ocupantes (ancianos y niños incluidos) debían esperar horas a la intemperie, muchas veces con temperaturas bajo cero.
Una vez completado el registro y si todo estaba correcto se daba paso a la zona de control de identidad, pasaportes y aduana.
118 119120 Allí les devolverán los pasaportes que dejaron a la entrada, no sin antes haber pasado por las oficinas en las que funcionarios del Ministerio de Seguridad del Estado los habrán revisado con ayuda de libros de imágenes y listas de nombres.
129 También hay constancia de que oficiales soviéticos del KGB copiaban algunos de estos pasaportes para luego producir documentación falsa para sus espías.
128122 123 124 125 126 127 Los camiones seguían trámites parecidos aunque tenían que pasar por debajo de un puente de observación para que los soldados pudieran comprobar la carga buscando personas escondidas o mercancías ocultas.
SONY DSC                     132 134 135 Los autobuses se inspeccionaban mediante espejos (móviles y fijos) y con la ayuda de 40 perros especialmente adiestrados.
133138 136 137 Intentar escapar utilizando la fuerza bruta resultaba imposible.
Para los coches se instalaron unas barreras que quedaban a la altura del conductor. Así, si trataba de embestirlas resultaría gravemente herido o, como en este caso, muerto.
139 140 Tampoco habría suerte si se quería romper la frontera con un camión o un autobús.
Las tropas fronterizas tenían a su disposición cuatro barreras impulsadas hidráulicamente que, con sólo pulsar uno de los 124 botones de pánico repartidos por las instalaciones, atajarían cualquier intento de fuga.
141 Eran capaces de detener a un camión de 50 toneladas circulando a una velocidad de 80 km/h.
SONY DSC                     Todos la información recogida convergía en la torre de mando donde el oficial de guardia podía controlar todos los sistemas de seguridad e incluso cerrar completamente la frontera ante cualquier intento de fuga.
La pena mínima por querer escapar del “Paraíso socialista” era de tres años de prisión.
144143Si alguien pensaba que por la noche resultaría más sencillo fugarse sólo tenía que acercarse hasta Marienborn para salir rápidamente de su error.
Doce impresionantes postes repletos de focos y reflectores iluminaban todo el recinto.
SONY DSC                     147146 Cada uno tenía una potencia de 8000 vatios y fueron diseñados de modo que no produjeran sombras ni deslumbrasen.
En total, el consumo de este sistema de iluminación era similar al de una ciudad de 20.000 habitantes.
148 Una escalera en su interior permitía llegar hasta lo alto del poste. Así, además de para el mantenimiento de las lámparas se podría utilizar para tareas de vigilancia.
149 La familia que salió de Berlín al principio de nuestro viaje virtual a la RFA acaba de cruzar la frontera.
150 La última parada la harán en el Checkpoint Alpha, el punto de control aliado.
151 En él presentarán la documentación y por fin estarán en el Oeste.

Volviendo a Berlín
Es cierto que lo más complicado era salir del país, pero entrar a la RDA tampoco resultaba una tarea fácil.
152 De nuevo había que presentar el pasaporte y todos los documentos de viaje nada más llegar.
El trámite era similar al de Drewitz, pero en Marienborn se realizaba una inspección mucho más minuciosa.
Los animales (domésticos o ganado) eran examinados en la estación veterinaria mientras que las plantas y semillas eran analizadas por personal civil en busca de posibles plagas.
SONY DSC                     Otro enorme edificio albergaba la aduana.
Incluía una instalación de Rayos X para inspeccionar el equipaje, una sala de chequeos corporales, un despacho en el que se cobraban aranceles o multas y un garaje para desmontar los vehículos sospechosos.
154156 SONY DSC                     Más adelante estaba la oficina de cambio, que permanecía abierta las 24 horas.
Desde 1964, todo visitante que entraba en la RDA tenía obligatoriamente que cambiar un mínimo de 5 DDM (que fue subiendo hasta alcanzar los 25 DDM en 1989)
A pesar de que el cambio oficial era aproximadamente de 6 DDM por cada DM, las autoridades impusieron la arbitraria e injusta tasa de 1:1.
Como era ilegal sacar moneda del país, los DDM comprados en el Cambio Mínimo Obligatorio debían ser gastados durante la estancia en la zona este.
Todo un negocio para la RDA, que recaudó así cientos de millones en moneda extranjera.
157 Una cantina para el personal, una estación de transformación para alimentar todo el complejo y equipada con generadores de emergencia, una sala de calderas para la calefacción con su correspondiente estación de transferencia de gas, una nave de garajes para albergar el parque de vehículos y un edificio de uso múltiple con sala de reuniones, bar e incluso un centro de escuchas telefónicas completaban este imponente puesto fronterizo.
158159 160 161 A las 24 horas del 30 de junio de 1990, exactamente 45 años después de su apertura se cancelaron los controles en Marienborn.
SONY DSC                     Nota:
DM: Deutsche Mark, moneda de la RFA
DDM: Mark, moneda de la RDA

Para la elaboración de este artículo hemos tenido que acudir a diversas fuentes como periódicos, páginas web, blogs o sitios de aficionados a la fotografía.
Aunque nuestra intención ha sido ponernos en contacto con todos ellos no siempre ha sido posible.
Estos son los lugares de los que hemos obtenido información y/o fotografías históricas:
- Álbum en Flickr de Popo.uw23
-
Berlin 1969
- Berlin Brigade Memories
-
DDR-Fotos
-
IG Deutsche Volkspolizei
-
Lester Peter Gideon
-
Passkontrolle DDR
- Western Allies Berlin

Texto: Tomás Ruiz
Fotografías: Daphneé García y CELATV

18 comentarios:

Cybersurfer dijo...

Que buen reportaje. Aunque toda una odisea viajar por aquella epoca.
Que envidia sana te tengo!!
Un abrazo!!!

Ivan dijo...

genial, muy detallado

Fidel Añó dijo...

Muy buen artículo!

Pepita Lain dijo...

Muy bueno el reportaje, interesante historia con muchos detalles pocos conocidos, y que coincide con la celebracion del 20 aniversario de la caida del muro de Berlin.
He tenido la suerte de seguir la investigacion muy de cerca y de visitar los lugares que aparecen en este articulo y descubrir que hay mucha mas historia de la que se cuenta.
Enhorabuena por el reportaje!!!

Anónimo dijo...

No te haces una idea de lo que he disfrutado leyendo el reportaje... Enhorabuena!

Iván Jaspe dijo...

Muy buen reportaje. chapeau!!!

Esperando al tren dijo...

Cybersurfer, ya sabes que siempre andamos detrás de ti para que te unas a los viajes.
En todo caso, me alegra saber que te ha gustado.

Iván, gracias. Intentamos buscar mucho y leer mucho... lo malo de esta vez era el alemán. Pero saber que el reportaje está gustando es un gran premio.

FidelNo sabes lo que anima que los lectores os pongáis a escribir, tengáis que identificaros y encima esperar a que el admin lo publique. Muchas gracias, pues de los comentarios "vivimos". Un saludo

Pepita ¿qué te voy a decir a ti de estos sitios? Y no olvides que las fotos son tuyas, así que enhorabuena a ti también ;-)

Anónimo, todo un placer y encantados de que hayas disfrutado. Lo cierto es que esa época es fascinante, aunque me alegro de no haberla vivido allí.

Iván Jaspe Creo que en la primera entrada de 2010 tú figurarás en los créditos como fotógrafo...
No te digo cual es, pero el "Chapeau" será compartido :-p

Tomás Martínez dijo...

Entro mucho en este blog y nunca he publicado nada, pero después de este artículo... ¡mi más sincera enhorabuena! :) Y gracias por compartir con los demás tus buenísimas fotos y los fascinantes abandonos. Saludos!

ArbeyuDigital dijo...

Impresionante reportaje. Siempre me pregunte como podia llegarse hasta Berlin y como controlaban aquello. Ahora he tenido la respuesta. Leyendolo te asombras del nivel que puede alcanzar la paranoia. Aquí,en España, no somos realmente conscientes de lo que ha supuesto la caida del muro, y asi se ha reflejado en la ausencia de celebraciones por el aniversario, al contrario de lo ocurrido la mayoría de Europa. Felicidades de nuevo por la entrada.

Esperando al tren dijo...

Tomás, muchas gracias y me alegra saber que eres lector habitual.
Espero que las próximas entradas te gusten tanto como esta.

Texeo, yo ni me lo había llegado a plantear... no sé, es una de esas cosas que no se te ocurren.
Pero cuando llegué por primera vez a Marienborn me impactó tanto que me puse a buscar todo lo relativo a estos viajes.
Y así nació la entrada.

Anónimo dijo...

Excelente reportaje, muy bien documentado. No es un tema que me apasione especialmente, pero no he podido evitar leerlo de principio a fin. Su lectura ha conseguido trasladarme a aquel lugar en aquella época. Un 10!

Bisonte

Anónimo dijo...

Otras fotografías históricas: La construcción del muro de Berlín

Manuel Moreno dijo...

Un buen reportaje, lastima que se te haya olvidado comentar que las potencias aliadas incumplieron los acuerdos de Yalta y Postdam cuando unificaron Berlín oeste sin contar con la presencia de numerosos nazis tanto en la administración como en el gobierno y en los servicios de inteligencia. También parece haber olvidado que muchos de los que cruzaban tanto de forma ilegal como los que pedían el visado regresaban al país socialista. Por ejemplo en 1984 emigraron a la RFA 40.000 personas de las cuales la mitad regresó al año. Por otra parte no hay que olvidar que la RDA partió con retraso al ser la zona más afectada por la guerra, eso sin contar con que no se pudo ayudar del plan Marshall, aún así consiguió una serie de derechos sociales que pocos países tenían, parte de ellos no los tiene ninguno prácticamente, garantizaban los derechos a la educación, sanidad, vivienda, empleo, entre otros, de forma totalmente gratuita.

Esperando al tren dijo...

Estimado Manuel, aunque respeto tu opinión, permítame que rebata todo lo que dices con un único, aplastante e innegable argumento: si un país ENCIERRA literalmente a sus ciudadanos y la pena por intentar salir de él es LA MUERTE, garantía de los derechos a la educación, sanidad, vivienda, empleo, entre otros NO VALEN NADA.

Manuel Moreno dijo...

¿Como que encierra a sus habitantes? A quienes encerró fue al enemigo, no olvidemos que Berlín oeste pertenecía a la RFA y que ya en 1958 se mete en la investigación atómica para fines armamentístico, nación que se dedicó a sabotear y desequilibrar el país, porque quienes estaban rodeados eran los habitantes de Berlín oeste, el resto de las fronteras estaba abiertas, no manipules por favor, además ya te conteste que se podía salir de forma perfectamente legal pidiendo un visado. Con esto no justifico el muro, solo intento contextualizarlo, está claro que se debería haber buscado otra solución, personalmente estoy en contra de ellos, de todos, los de Ceuta y Melilla, el que pusieron a los saharauis de 27.000 km con 7 millones de minas antipersona, financiadas por el país de las libertades (EEUU) que también pusieron otro en su frontera con México o el que pusieron los Israelitas. Te doy cifras para comparar, 78 muertos en 28 años Berlín, 278 en 13 Ceuta y Melilla, 10.000 en 20 EEUU de Oriente Próximo no hace falta que hablemos. Te pediría que hicieras alusión a estos muros también porque hoy en día siguen vigentes debido a que es un ejemplo a no seguir y recordar que hay que seguir luchando para que caigan todos los que quedan.
PD: 2 de cada 3 berlineses orientales añora la seguridad y servicios que le ofrecía la antigua RDA, es una lástima que no salgan en los periódicos estos datos, no interesan.

Saludos

Esperando al tren dijo...

A quienes encerró fue al enemigo Por supuesto. Por eso los que morían eran los pobre alemanes del Oeste que trataban de acceder al paraíso democrático por todos los medios.
Mírate la disposición del muro, anda.

El resto de las fronteras estaba abiertas ¿Ah sí? Y los muy gañanes esperando hasta 1989 para salir de viaje... ¡se lo tenían que haber dicho!

Te pediría que hicieras alusión a estos muro ¿Por qué iba a hablar de ellos? Esto es un blog de abandonos, no de política.

2 de cada 3 berlineses orientales añora la seguridad... Y muchos españoles añoran que con Franco había trabajo, que vivían mejor sin estar pendientes del móvil y que el sistema de alcantarillado romano era excelente. Y no por eso significa que quieran volver a vivir en dictadura, a dejar sus teléfonos en caso o a servir en las legiones.




Niko dijo...

Muchas gracias por el exhaustivo reportaje. Ha sido muy útil para refrescar las peripecias que vivimos en 1983 mi pareja y yo durante nuestro viaje en moto de Alemania Federal a Berlin Occidental.

Hicimos por ignorancia todo lo que no habia que hacer: entramos al anochecer creo que por Marienborn por ser el camino máa corto y aquellas enormes torretas con focos y tipos apuntándote con las ametralladoras mientras te movias de caseta en caseta con la moto. Nuestros pasaportes los enviaron por una correa dentada a otro lejano puesto de control, dónde nos volvian a chequear exhaustivamente. Recuerdo una señal toda oxidada donde indicaba los 100 kms de límite de velocidad.

Pero nos salimos de la famosa autopista para dormir en tienda de campaña, después de atravesar oscuros pueblos que parecian estar poblados de gentes vestidas como de los años 60's . Al amanecer nos despertó un tractor arando el campo donde nos habiamos instalado por libre, lejos de la carretera del pueblo y volvimos a tomar la autopista. Pasamos innumerables controles de la Volkspolizei en los que en algunos nos reclamaban multas de velocidad que nos negamos a pagar alegando que no teníamos dinero en metálico, lo que era verdad porque viajábamos con aquellos traveller checks.

Hicimos decenas de kms en círculos para volver a llegar a los mismos controles donde los policias se reian y nos decian por señas la dirección que tomar. Hartos, casi sin gasolina, decidimos seguir por última vez, la ruta de los coches de alemanes orientales fácilmente identificables por ser de motores dos tiempos. Logramos entrar en la ciudad camuflados entre esos coches pero a Berlin Oriental!! Ya dentro éramos objeto de atención de todo el mundo tanto de peatones como conductores que nos miraban con indisimulada curiosidad. A menos de 1 km de una puerta del Muro que divisámos a lo lejos, se nos cruzaron de repente varios coches de la Volkspolizei. Detenidos. Al cabo de varias horas, seguiamos en medio de una calle, rodeados de la gente del barrio y policia que nos revisaban todo pero no nos dirigian ni una palabra en inglés, por lo que no entendíamos nada. No sé cómo apareció una chica en un BMW con matricula federal. Paró y le contamos lo que nos pasaba. Después de hablar ella y explicarle nuestra odisea con la Volkspolizei, volvió y nos dijo que estaban sorprendidos de cómo habiamos entrado y que nos acusaban de ser espias occidentales!!... Le rogamos que contactase con el embajador español.

Pasaba el tiempo y al atardecer, vinieron otros policias y nos pidieron dólares. Les dijimos qe no teníamos nada de dinero en metálico. Finalmente, nos ordenaron recogerlo todo, lo empaquetamos en nuestra moto y nos sacaron escoltados entre coches de Policia de Berlin Oriental, todo un show, poniéndonos delante de la entrada Checkpoint americana. Pero justo antes de poder cruzar, la Volkspolizei nos volvió a detener por algún tipo de marca que nos hicieron en los pasaportes. Unas horas después nos soltaron y pudimos cruzar casi 1 dia después, al lado occidental, "dando vivas al capitalismo". dónde no nos pusieron ninguna pega.

En Berlin occidental todo nos fue de maravilla. Al volver, la Volkspolizei intentó en varios controles con largas colas de coches occidentales cazados, que pagásemos otra vez multas de velocidad antes de abandonar Alemania oriental so pena de ser detenidos, pero éramos cabezones y no lo hicimos. Creo que conservo algunas de ellas aún. Finalmente, logramos salir en dirección Amsterdam. Eso ya es otra historia :-)

Saludos.

Esperando al tren dijo...

Impresionante, Niko. Muchísimas gracias por compartirlo con todos nosotros.