16 de febrero de 2009

The Llangollen Railway

Como todos los lectores conocen, Esperando al tren está dedicado a los lugares abandonados. Así ha sido desde hace ya dos años y así seguirá siendo esperamos que durante mucho más tiempo.
Pero en esta entrada queremos demostrar que es posible dejarnos sin el “trabajo” de contar historias de abandonos con sólo poner un poco de empeño.
En primer lugar es un homenaje a las personas que hacen posible el ferrocarril de Llangollen y que, además, fueron encantadoras con nosotros.
Y en segundo lugar es una más que fundamentada crítica a esa gente que en España se empeña en cerrar líneas, desguazar trenes y levantar los raíles para hacer nuestras “adoradas” Vías verdes.
Esta entrada no muestra un lugar abandonado. Todo lo contrario.
El taller que vamos a visitar hoy es un sitio repleto de actividad. Una actividad que llevan a cabo voluntarios que se resisten a que desaparezcan, como en nuestro país, esos trocitos de historia que son las líneas del tren.
Va por ellos.

Un poco de historia

Varias compañías construyeron en la década de 1860 una línea para unir el oeste de Gales con la red principal de los ferrocarriles británicos.
El trazado transcurriría siguiendo el valle del río Dee, entre Chester y la línea principal de Shrewsbury a su paso por Ruabon.
En 1862 llegaron los primeros pasajeros a la estación de Llangollen, tres años después la línea ya llegaba hasta Corwen y poco a poco fue extendiéndose hasta terminar en Barmouth, en la costa de Cambria.
Desde su inauguración y hasta los años 30, en los que el tráfico comenzó a decaer, la línea ayudó al desarrollo turístico y económico de toda la región.
La II Guerra Mundial relanzó temporalmente la línea, pero el imparable auge del transporte por carretera fue restando cientos de toneladas de carga y miles de pasajeros al ferrocarril.
A pesar de ello, cinco trenes por sentido recorrían la línea cada día y se complementaban con otras unidades destinadas al tráfico local.
Además, durante el estío se reforzaba el servicio con trenes especiales para llevar a los veraneantes a los complejos hoteleros de la Costa Cambriana.

El cierre
20 años antes del famoso cierre de líneas en España, los británicos ya habían padecido a su particular Enrique Barón, cuando el plan para el rescate de la British Railways presentado por el doctor Richard Beeching se encargó de clausurar más de 6500 kilómetros de vía.

Después de que el “buen doctor” decidiese que sólo era necesario mantener uno de los dos enlaces existentes entre el este y el oeste de Gales, el Llangollen Railway dejó de prestar servicio regular a finales de 1964.
Hasta 1968 se mantuvo el tráfico local de mercancías entre Llangollen y Ruabon, pero en cuanto cesó esta actividad se comenzó levantar la vía.
Como era de esperar, las instalaciones dejadas al abandono fueron deteriorándose y la explanación poco a poco desapareció bajo la maleza.

La reconstrucción
Una sociedad de amigos del ferrocarril se fijó en la estación de Llangollen, situada en el centro del pueblo y de extraordinaria belleza.

Quería que fuera el centro de un ambicioso proyecto de recuperación, tanto de infraestructuras como de vehículos.
La explanación y los edificios habían sido comprados por las autoridades, pero éstas, conscientes del atractivo turístico que podría suponer, cedieron la estación y tres millas de vía a lo que en breve sería la “Llangollen Railway Trust
A pesar del deterioro sufrido durante los años de abandono, el grupo de voluntarios no se desanimó y en septiembre de 1975 pudieron inaugurar la restaurada estación y 60 pies (unos 20 metros) de vía.
El éxito fue inmediato: más de 1500 personas de todo el valle acudieron al evento.

Como toda empresa acometida por voluntarios, la búsqueda de financiación es algo primordial.
En 1977 la petrolera británica Shell donó una milla de vía (recordemos que se había levantado) y aquel fue el inicio real de la reconstrucción de la línea.
Cuando en julio de 1981 los miembros de la asociación vieron partir el primer tren de Llangollen la alegría fue indescriptible: lo habían conseguido.
Ahora ya tenían la confianza que necesitaban y muchas grandes corporaciones hicieron sus aportes.
La vía siguió ampliándose y las estaciones fueron restauradas o reconstruidas.
Actualmente el ferrocarril de Llangollen es una de las principales atracciones turísticas galesas y da trabajo a 25 empleados fijos además de a dos centenas de voluntarios que siguen aportando su esfuerzo y experiencia.

Una línea que funciona
Aunque a priori un ferrocarril turístico parece algo sencillo de gestionar si lo comparamos con las grandes líneas comerciales, éste no deja de ser una versión en miniatura de una de ellas.

La organización del Llangollen Railway es tan compleja como funcional.
Aunque la mayoría de la plantilla está formada por voluntarios, para garantizar el funcionamiento técnico y comercial se hizo necesario contratar a personal fijo en determinadas áreas.
Mantener el espíritu de este ferrocarril ha sido desde el principio la máxima aspiración de sus responsables, que han tratado de que todo funcione igual que cuando se inauguró hace casi 150 años.

Para conseguirlo, han mantenido todas las profesiones que existían en esa época, y los voluntarios son formados para ello.
Así, en la parte meramente ferroviaria están los fogoneros y maquinistas. Antes de llegar a ese puesto, los voluntarios empiezan limpiando los motores. Al cabo del tiempo pueden ser ascendidos a fogoneros y, después de muchos años de experiencia, suelen convertirse en maquinistas.

Otras figuras son también muy importantes, como los guardas, los revisores y el personal de las estaciones.

Cabe destacar a los operadores de enclavamientos y señales, que gestionan manualmente el tráfico de trenes en ambos sentidos (la línea es de vía única).
Hay 4 puestos principales y otros 5 a lo largo del recorrido.

El agua limpia es imprescindible para conseguir vapor...
Y una locomotora requiere una enorme cantidad de vapor.
Por ello hay depósitos y aguadas que filtran y suministran los casi 20.000 litros de agua que puede almacenar en su tender alguna de las locomotoras.

Los equipos de construcción y mantenimiento de la vía y el de mantenimiento de edificios completan el personal ferroviario.

Pero como cualquier otro negocio, el ferrocarril necesita también un equipo administrativo.
Ellos se encargan de coordinar a los voluntarios, de las finanzas, de la publicidad y de la gestión de la línea.

La sede, como no, en la preciosa estación de Llangollen.

El futuro
A las 5 estaciones en funcionamiento (Llangollen, Berwyn, Deeside Halt, Glyndyfrdwy y Carrog) pronto se unirá la de Corwen.

Desde hace algún tiempo se está acondicionando la explanación y gracias a las donaciones de corporaciones municipales y de empresas privadas se pasará de las 7,5 millas actuales (unos 13 kilómetros) a 10 (16 km).

No es una tarea fácil, pero desde Esperando al tren queremos mandar todo nuestro apoyo al proyecto y, ya de paso, tratar de animar a que en España se empiece a hacer lo mismo.

El taller
Pero lo más llamativo para los amantes del ferrocarril es quizá el inmenso taller de reparación y restauración de locomotoras y material rodante.

Si demasiada esperanza en poder visitarlo, pues no deja de ser un lugar de trabajo, llegamos a la entrada principal del taller.
Al preguntar nos encontramos con la sonrisa de los trabajadores y con invitación inmediata a recorrerlo.
Y eso vamos a hacer ahora.


44806

03162

Clase 47

Clase 37

Clase 25

Davy

5643

Vehículos procedentes de British Railways

LNRW 11433

D2892

Se puede encontrar información de otros modelos aquí.

El Bala Lake Railway

No sería justo terminar esta entrada sin mencionar otro de los tramos de vía que se han recuperado, el que transcurre entre las estaciones de Bala y Llanuwchllyn.

En este caso han optado por la vía estrecha y por trenecillos casi de juguete.

También pudimos visitar, además de sus estaciones, el depósito de material.

Aún siendo un proyecto menos ambicioso que el de Llangollen, la gente del Bala Lake Railway también es merecedora de nuestro homenaje a los "no-abandonos".

Enlaces útiles
-Llangollen Railway
-Bala Lake Railway

Texto y fotografías: Tomás Ruiz
Con la colaboración especial de M. Barrio

19 comentarios:

José Manuel dijo...

La gente de "Vapor Madrid" tiene restaurada una locomotora a vapor y un tramo de vía en Arganda del Rey.
http://www.vapormadrid.com

Estoy esperando a marzo para llevar a mi hijo de 3 años -que le encantan los trenes, a ser posible de vapor- y pueda ver una locomotora de vapor en acción.

Abandonalia dijo...

No dejan de ser abandonos en el sentido de que han dejado de servir a su propósito original y han dejado de modernizarse y actualizarse. Ojalá todos los abandonos en los que metemos las narices tuvieran el aspecto de haberse congelado en el tiempo como en este caso.

Un gran trabajo, como siempre.

Salu2!

Esperando al tren dijo...

Gracias José Manuel.
Sé que en España hay gente que hace muchos esfuerzos, como los de Vapor Madrid, el Meritrén o mi buen amigo McFly con su McFly`s Express...
Pero desgraciadamente están (muy a su pesar) a otro nivel.
La ayuda de empresas e instituciones es vital.
Y aquí los alcaldes sólo queiren vías verdes.
Una pena.

Esperando al tren dijo...

Aban, te habría encantado el lugar y daba para hacer fotos de esas que tú sabes hacer por cualquier rincón.
Desgraciadamente era viaje familiar y no quise demorarme mucho.
No iba a ser entrada del blog, pero leyéndome el libro que me regalaron los de la estación pensé que sería una buena idea.
Si vienes a alguna EQ británica, volvemos... y con trípode.

Unai, Eibar dijo...

Menuda maravilla el ferrocarril de Llangollen! a mi siempre me han fascinado este mundillo, de pequeño quería conducir un tren y lo que más me gustaba de ver a los reyes Magos era verles en el Tren a vapor. Muy buen trabajo como siempre:) Un saludo.

Diego dijo...

No se que decir... realmente parece congelado en el tiempo y la segunda estacion que parece en fotografias parece de juguete.
Realmente está perfecto

En españa si intentasen hacer algo parecido seguro que RENFE les ponia más trabas que en una crrrera de obstaculos.

Toni Solano dijo...

Me quedo con tu reflexión acerca de los distintos modelos de recuperación: la vía verde y el tren turístico. Ambas soluciones son dignas, pero en el segundo caso la recuperación no sólo afecta al valor paisajístico, sino también al patrimonio histórico e industrial.
En cuanto a la zona, la conocí de paso al volver en tren desde Irlanda y me quedó la idea de volver con calma a recorrer esos paisajes. Por cierto, la estación con el nombre más largo está muy cerca de allí.
Un saludo.

Cybersurfer dijo...

Estupendo reportaje!! ojala como bien dices se consiguiera hacer algo asi en España, aunque es dificil la hazaña.

Saludos!

Anónimo dijo...

Si te pones a investigar la historia del ferrocarril argentino y sus trenes abandonados, lamentablemente te haces un festin por la grancantidad e lineas y ferrocarriles que se perdieron.
Un abrazo

Esperando al tren dijo...

Gracias, Unai, ese mismo sueño lo tenía yo.
Luego tiré por el periodismo, pero los trenes siguen siendo mi pasión.

Esperando al tren dijo...

Diego, no es que parezcan de juguete, es que casi lo son.
Supongo que es una manera barata y sencilla (si lo comapramos con los hermanos mayores, claro) de manterner el FFCC.
Para que te hagas una idea, el tamaño era como el de un coche.

Esperando al tren dijo...

Una pasada la estación, Antonio.
No tenía ni idea de su existencia, porque si lo llego a saber...
Si has estado por allí ya sabes lo bonito que es todo.
Y los odiosas que son las comparaciones.

Esperando al tren dijo...

Gracias Cyber.
Cuando quieras hacemos una EuroQuedada.
AUPA CELA!

Esperando al tren dijo...

Gracias anónimo...
Aunque me pilla un poco lejos para hacer reportajes.
Aún así leeré sobre ellos, porque para eso no hay que viajar.
Un saludo

Anónimo dijo...

Hola, antes que nada gracias por leer mi comentario y contestarmelo, me encanta tu blog, nos hace pensar y tomar conciencia de lo importante del ferrocarril.
Te cuento que si queres informarte un poco mas de lo que paso con el ferrocarril en Argentina, hace poco se estreno una pelicula documental llamada La Proxima Estación, la verdad es muy completa e ilustrativa sobre la realidad del ferrocarril en mi pais.
Un Abrazo enorme y saludos

Riqui dijo...

Salisteis ayer en un reportaje sobre lugares abandonados y el CELA en los informativos de la Sexta ¿no?

Esperando al tren dijo...

Anonímo, gracias de nuevo por tu comentario.
Siempre que puedo contesto, pues me parece lo más normal con la gente que se molesta en escribir, meter sus datos y encima esperar a la que se publiquen por el moderador (que no es por censurar, sino por evitar el SPAM).

Riqui, sí éramos nosotros los del informativo de la sexta. Gracias por vernos.
Saludos!

Anónimo dijo...

Creo que este articulo peca de varios errores. En España tenemos una linea de ferrocarril que trabaja igual que hace un siglo... es una experiencia que recomiendo.


Por contra, viví 3 años en el norte de Ingleterra y puedo asegurar que el estado del sistema ferroviario se habia degradado tanto desde su privatización por parte de la dama de Hierro, que el gobierno tuvo que intervenir e invertir Billones para asegurar la seguridad. Después de varios descarrilaminetos la gente tenia pánico de montar en tren y si alguien tenia que bajar a Londres y cogia el tren, los demás le intentabamos convencer de lo contrario....

Sin contar que lo habitual eran los retrasos. Por suerte después del plan de mejoras, y de fusiones entre compañias, la situación mejoró (valga la redundancia), pero vamos que si hay un pais europeo del que tengamos que aprender algo sobre este tema, precisamente no es el Reino Unido.

Esperando al tren dijo...

Hola Anómimo:
Gracias por tu comentario (aunque no sea favorable, es siempre bienvenido)
Me gustaría puntualizar un cosa:
No pretendo que se copie el sistema ferroviario británico, ni mucho menos. Lo que quiero poner de ejemplo es que mientras en España no se piensa en otra cosa que no sean las Vías Verdes, en el Reino Unido la iniciativa privada quiere (y lo más importante, se lo permiten) recuperar todas las líneas cerradas.
No pretendo comparar gestiones de operadoras, sino mostrar la diferencia entre los gestores de infraestructuras de ambos países.
Respecto a lo del tren español (¿el de la Fresa?), decirte que es la excepción y no la norma como allí.
Pero la culpa no es de la gente: en Trespaderne les han obligado a largarse para quitar la vía; es culpa de los políticos que están al negociete del alcalde de turno.
Si vuelves por aquí, por favor, pon el enlace al tren que funciona en España. Toda apoyo es poco.
Un saludo.