30 de enero de 2007

Aeródromo británico de las dos Guerras Mundiales

Crail es un pequeño pueblo de pescadores situado en el estuario del río Forth, en Escocia. Las guías de viajes lo describen como “el puerto más fotografiado del país” y como se puede ver en la imagen, el título es más que merecido.

A algo más de un kilómetro de esta encantadora localidad nos encontramos con una espectacular base aérea abandonada. Se trata del Crail Airfield, construido por la Royal Air Force en 1918, en plena Primera Guerra Mundial, como sede de una escuadrilla de reconocimiento aéreo, centro de entrenamiento y estación de radio.

Se extiende sobre una superficie de 150 hectáreas junto al mar y contiene 4 pistas de aterrizaje de asfalto con longitudes de entre 914 y 1097 metros, barracones, hangares de diferentes tamaños, edificios auxiliares y, por supuesto, una torre de control.

En 1919 acogió también al 120º Escuadrón Aéreo de la United States Air Force y permaneció en funcionamiento hasta junio de ese mismo año, unos meses después de la finalización de la contienda.

El campo estuvo cerrado hasta que de nuevo durante otro conflicto bélico, la Segunda Guerra Mundial, la Royal Navy lo reconstruye creando así la Royal Naval Air Station HMS Jackdaw.

Desde 1940 hasta 1947 permaneció como base de entrenamiento de torpederos de reconocimiento con aeronaves como los Albacore, Swordfish y posteriormente los Avenger y los Barracuda.

En 1947 pasa a denominarse HMS Bruce y se transforma en una academia militar para jóvenes (a partir de 15 años) que pronto se gana la fama, según rezan las crónicas de la época, de ser una de las más duras y severas del país.

Además, hasta 1955, es utilizada de modo discontinuo por diferentes unidades del British Army como la Black Watch para realizar entrenamientos y maniobras.

De 1955 hasta su cierre en 1960 se concentraron en la base todas las secciones de la Joint Services School for Linguists (JSSL), que hasta ese momento cada ejército (Army, RAF y Royal Navy) tenía su propia sede.

La JSSL era una escuela de idiomas dedicada principalmente a enseñar ruso a tanto a oficiales de Inteligencia como a personal de las Fuerzas Armadas en la época de la Guerra Fría y ofrecía como atractivo para los miembros de los ejércitos la posibilidad de evitar la instrucción militar normal, aunque para mantener el nivel, sobre ellos siempre se cernía la amenaza de ser devueltos a su unidad si no superaban un estricto examen semanal.

Las clases eran impartidas principalmente por emigrantes rusos asentados en el Reino Unido y por seleccionados desertores del Ejército Soviético.
Durante estos años se formó a más de 6000 personas que además de su contribución militar pudieron aplicar sus conocimientos en la vida civil, como en trabajos de traducción, para hacer negocios o como actividades educativas y culturales.

El aeródromo, que en sus momentos de mayor actividad albergaba a más de 2000 personas, volvió a quedar abandonado a principios de los años 60.
Hacia 1980, el Ministerio de Defensa británico le vendió el complejo a un ganadero local, que estableció allí una granja de cerdos.

Además, varias pequeñas industrias se fueron instalando en los diferentes edificios, como una empresa de transportes o un taller de neumáticos.

Lo más curioso de toda la historia es que desde 1993 el complejo se ha convertido en un lugar de eventos deportivos y en un estudio de cine.
Su actual dueño es Willie Robertson, un empresario escocés que desde Crail Airfield Promotions organiza carreras y pruebas automovilísticas en las pistas y que alquila el recinto a productoras de cine y a cadenas de televisión.

El Ayuntamiento de Crail autoriza a la empresa solamente 28 días anuales de eventos, normalmente fines de semana, porque los vecinos de pueblo aseguran que la presencia de los cientos de personas que asisten a cada prueba les causa muchas molestias. Lo cierto es que toda esa gente seguramente deje un buen dinero en la localidad, más que nada porque no hay muchos más lugares por allí en los que comer o dormir.

Por otro lado, en él se han rodado películas como “Camino hacia la Gloria” con Robert Duvall o “El invitado de invierno”, de Alan Rickman.
También la BBC ha grabado recientemente en uno de los hangares su programa “Weird Science”.

Otra curiosidad es que es posible aterrizar allí con aviones, ya que las pistas están en perfecto estado, aunque según advierte en su página web algún piloto “hay que asegurarse de que están libres, porque algunas veces hay pacas de heno o neumáticos viejos”

El futuro, como en el caso de Château de la Mercerie pasa por una gran inversión pública (según un informe del Fife Council unos 10 millones de libras) para rehabilitar la torre y los edificios más importantes y podría utilizarse para viviendas, como lugar turístico, zonas de ocio o industria ligera.
De momento, las pistas y las principales construcciones están catalogadas como monumento histórico por la Historic Scotland, dependiente del Consejo de Ministros escocés.

5 comentarios:

Abandonalia dijo...

Desde luego la pérfida albión, con aquello de haber sido la cuna de la revolución industrial y una potencia militar, debe de ser el paraiso para los aficionados a estas cosas. No hace falta más que ver la cantidad de páginas con fotos de lugares abandonados...

Respecto a los vecinos y las "visitas masivas"... Lo mismo pasa en Jerez cada Gran Premio, pero el dinero que queda tras ese fin de semana seguro que compensa.

Salu2!

Esperando al tren dijo...

Es cierto que allí había muchísimas fábricas e instalaciones militares con pinta de estar abandonadas, pero como no iba solo, tampoco pude investigar mucho... Pero esto de Crail (que me encontré cuando iba recorriendo la costa en plan turista) no lo dejé pasar. Por si alguno va a Londres próximamente, toda la zona de Whitechapel está llena de antiguas fábricas, centrales eléctricas... y aunque están poco a poco restaurándolas y rehabilitándolas, aun quedan muchas sin tocar.

Unknown dijo...

Camino a St Andrews hicimos una paradita en Creil, que pueblo tan bonito :)

Esperando al tren dijo...

jajajajaja... exáctamente es el mismo trayecto que hice yo. Volviendo de St Andrews, de camino a Crail y buscando un faro por entre los campos de golf...
Me alegro de que te haya gustado.
Si te gustan este tipo de sitios,, www.clubcela.com.
Saludos!

Anónimo dijo...

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