23 de mayo de 2007

Colonia infantil General Varela

La tuberculosis fue una de las enfermedades más comunes y letales de los siglos XIX y XX. Incluso hoy en día, la Organización Mundial de la Salud estima que, si el control de la enfermedad no mejora, en los próximos 20 años, alrededor de 1.000 millones de personas en el mundo se infectarán, 150 millones contraerán la enfermedad y 36 millones morirán como consecuencia de la misma.
Esta enfermedad infecciosa producida por el bacilo Mycobacterium tuberculosis, también conocido como bacilo de Koch, puede afectar a cualquier tejido del organismo, pero se suele localizar en los pulmones.
Los primeros tratamientos eficaces para luchar contra la enfermedad llegaron en 1944 con el descubrimiento de la estreptomicina y posteriormente con el del ácido paraaminosalicílico y la isoniazida.
Pero fue desde la segunda mitad del XIX cuando se multiplicaron los esfuerzos por conseguir, si no la curación completa, al menos el control de la enfermedad.
Algunos investigadores pensaron en la posibilidad de aprovechar la altura con fines terapéuticos, ya que se había observado que en las poblaciones situadas a más de 1200 metros sobre el nivel del mar los casos de tuberculosis disminuían drásticamente.

Las causas de la misteriosa “inmunidad” podían ser la salubridad propia de las altas montañas, el clima seco, el aire puro, el frío, la poliglobulia (aumento del número de glóbulos rojos) propia de las alturas y la escasez de bacilos en el aire demostrada por Pasteur en cotas superiores a los 1000 metros.

El escritor Camilo José Cela estuvo internado en dos sanatorios antituberculosos y basándose en su experiencia escribió en 1943 la serie “Pabellón de Reposo” en el semanario El Español.
Las partes en negrita y entrecomilladas del presente relato son fragmentos de esta obra y nos acercan un poco más al drama de la tuberculosis.

“Mal arreglo veo a esto mío, muy malo. Me alegro, sin embargo, de haber venido al sanatorio. Esto está limpio y ordenado, el aire es puro y agradable, el silencio es profundo. Sí, no hay duda de que estoy mejor que en la ciudad”
 
Ejemplos de ello son el Sanatorio Antituberculoso de La Tablada o el cercano Sanatorio de La Barranca, megalíticas construcciones en plena Sierra Madrileña ahora olvidadas por casi todos.
Aunque en principio no corresponden a esta entrada, incluimos unas fotografías de estos lugares a modo ilustrativo de este tipo de sanatorios ya que además, al estar abandonados, no difieren de la temática del Blog.
El primero no deja de ser un inmenso esqueleto de hormigón que jamás se llegó a terminar. Su imponente figura se puede ver en la subida al Alto del León por la vieja N-VI en dirección a La Coruña.

Aunque el acceso es sencillo, no recomendamos la entrada al lugar por las deficiencias constructivas y el peligro que ello supone.

El segundo, situado a pocos kilómetros del pueblo de Navacerrada, está en mejor estado, ya que se utilizó hasta finales de los 90 como hospital psiquiátrico y existen proyectos de rehabilitarlo.

Aunque está prácticamente vacío y han quitado hasta los antiguos suelos de mármol, la estructura no está mal en general, conservándose algunos elementos reconocibles, como la sala de calderas, el gimnasio o los ascensores.

Desgraciadamente los “artistas” lo han destrozado con sus insulsas y nada originales pintadas.

Posteriormente, y dada la dificultad de las construcciones en alta montaña, se experimentó con otro tipo de sanatorios a altitudes medias (400 – 800 metros) cuyo esquema terapéutico se basaba en el reposo al aire libre en amplias y soleadas terrazas, la higiene y asepsia y una alimentación abundante y variada.
En el caso de España, después de la Guerra Civil, la responsabilidad del control y lucha contra la tuberculosis fue asumida por el Patronato Nacional Antituberculoso, organismo que impulsó la construcción de nuevos sanatorios con el objetivo de llegar a las 25.000 camas en el conjunto del país.

“Estoy muy molesto y tengo fuertes dolores pleurales. Me han iniciado el neumo. Ahora lo que hace falta es que no venga el derrame. Dicen que es relativamente frecuente. Pero ¿para qué le digo a usted todo esto?”

De esta época data precisamente el Sanatorio Antituberculoso General Varela, proyectado en 1938 y cuya primera piedra se colocó en 1939.

El imponente edificio principal fue construido por prisioneros de guerra en un monte cercano a la localidad palentina de Quintana del Puente.

“Al pie de la terraza empieza el campo, que llega hasta el infinito. Yo no quiero que haya más campo que ese que abarco con la mirada. Yo quisiera tener todo el campo del mundo ante mí…”

Cuentan los lugareños que durante las obras se fundaron muchas nuevas familias, fruto de bonitas historias de amor entre los obreros forzosos y las chicas de Quintana.

“Es doloroso tener que ahogar este cariño inmenso que ha echado raíces en mi corazón. Es doloroso pero inevitable, como inevitable también y doloroso es tener que ahogarlo en la tristeza y la soledad…”

Desgraciadamente, aún a pesar de haber llegado a contar con más de 200 camas, la elevada mortalidad de la tuberculosis obligó a ampliar el cementerio del pueblo.

“En esa gloria estará ahora el 14, que ya ha dejado de sufrir, recitando aquellos versos suyos que me dedicó y que empezaban hablando del color de mi pelo y de la palidez de mis mejillas”

Fue a mediados de la década de los 50 cuando los nuevos fármacos antibióticos como la rifamicina y la rifampicina asestaron el golpe definitivo a la enfermedad, por lo que muchos de estos centros dejaron de tener utilidad.
Aún así, algunos sanatorios como estos de la Sierra de Guadarrama continuaron utilizándose durante años.

“No sé si me habrá perjudicado este ambiente dulce y tristón de los moribundos que en cada soplo de aire, en cada pájaro que vuela o en cada flor que se abre, ven extraños y difíciles signos venturosos o desgraciados”

Pero el Sanatorio Antituberculoso General Varela pasó a ser, en 1955, la Colonia Infantil General Varela.
Este internado para hijos de militares era popularmente por los habitantes de la zona como “La Colonia”, y aunque tuvo numerosos conflictos con el consistorio por negarse a pagar impuestos, lo cierto es que rápidamente se convirtió en el motor económico de la comarca al dar trabajo a un buen número de vecinos.

“Ahora me acuerdo de aquellas viejas latas oxidadas, de aquellas latas que tuvieron dentro sardinas en aceite, o bonito en escabeche, o quién sabe si hasta perdiz estofada, o espárragos, o cualquier otro manjar delicado”

El sanatorio y posteriormente “La Colonia” estuvieron atendidos por las monjas Mercedarias y llegaron a depender del trabajo que generaba más de 70 familias del pueblo.

“La cocina es complicada, espectacular. Parece la cocina de un gran hotel. Es la hora de la tranquilidad. La comida ya ha sido servida, el servicio de comedor ya se ha recogido, la vajilla ha pasado ya al lavadero, quizás ya a la cámara de desinfección, y la cocina, en perfecto orden, aparece en toda su ilustre magnificencia”

En 1952 se construyeron en las inmediaciones del edificio principal casas para los jardineros, cocineros, electricistas, fontaneros, peluqueros, proyeccionistas, albañiles… así como una escuela primaria independiente para sus hijos.

Posteriormente también se levantaron viviendas para los mandos militares y los maestros que impartían sus clases en el internado.

“El frio se ha echado sobre nosotros y en la galería… ¡Ay, quién pudiera reposar en la galería, bien abrigada en su chaise-longue, con sólo la cabeza fuera de la manta, y el apacible pensamiento volando ingrávido antes nuestros ojos!”

La Colonia Infantil General Varela se mantuvo en uso hasta 1988, año en que se suspendió toda su actividad, aunque quedaron algunos militares de reemplazo para su custodia.
El edificio salió varias veces a subasta pública, pero la inversión económica necesaria para su conservación y mantenimiento así como su nada privilegiada ubicación ahuyentaron a posibles promotores.

“Mi amigo el 52 - ¡qué loco! – se ha levantado sólo para venir a verme. Se echó una bata sobre los hombros, una bella y elegante bata de hombre de mundo, se calzó sus zapatillas y apareció en mi habitación”

Resultado de ello ha sido el abandono total y la práctica destrucción de todas sus dependencias.
Vecinos del pueblo nos contaban en nuestra visita (enmarcada en una actividad del C.E.L.A.) que habían sorprendido en numerosas ocasiones a familias enteras de gitanos destruyendo los falsos techos para llevarse los forjados en furgonetas.

Estas vigas cortadas con milimétrica precisión parecen atestiguar este hecho que, sin duda, supuso un grave riesgo para sus autores.

En la época de los mini-pisos, las interminables hipotecas, las dificultades de los jóvenes para emanciparse y la despoblación del medio rural, nuestros políticos dejan (una vez más) que estas grandes inversiones desaparezcan víctimas de la climatología, del paso del tiempo y, por supuesto, de los vándalos.

Más información y fotos en Abandonalia y en Los lugares olvidados

36 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado la entrada, Stewie. Los fragmentos que añades del libro le dan un toque especial al artículo. En serio, mi más sincera enhorabuena por las fotos y, sobre todo, el texto.

Esperando al tren dijo...

Gracias!!! Me lei el libro ayer de un tirón y como tengo una época un poco "tonta" pensé que con las "declaraciones" de un internado en uno de ellos quedaría más ilustrado (y dramático) que con la simple historia del lugar. Lo que pasa es que no puedo hacerlo siempre... que como sume la lectura de un libro a la investigación...
Antonio, uno de los fieles del blog y profe de literatura seguro que me lo recomienda.

Abandonalia dijo...

Enhorabuena... Si sigues subiendo el listón en cada entrada a este ritmo pronto no va a haber quien te tosa (cof cof!) :)

Muy buenas fotos, por cierto... Muy ilustrativas.

Y un texto muy poético.

Salu2!

Esperando al tren dijo...

No, si al final me pondré rojo. No le hagáis caso, que es amigo mío y lo dice por decir :-p
Y, por mi bien, espero que la próxima entrada no sea tan poética (tú me entiendes)

Toni Solano dijo...

Me has invocado y por aquí aparezco. Ya sabía que tu labor de investigador y explorador eran sensacionales, pero veo que como documentalista tampoco te va mal. Creo que el siguiente paso debe ser aportar tus propias creaciones literarias.
En cuanto a tísicas literarias famosas, se puede ampliar la nómina con la niña protagonista de 'El embrujo de Shangai' de Marsé, y la Margarita Gautier de 'La dama de las camelias' de Dumas (hijo).
Un saludo.

Esperando al tren dijo...

Ya te echaba yo de menos... y más en esta entrada tan... literaria.
Respecto a "mis propias creaciones" me temo que el periodismo no da para tanto.
Pero si me entero de que en algún libro se hace referencia al abandono en cuestión (preguntaré al profe de "Re(paso) de lengua") creo que incorporaré la fórmula a futuras entradas.
Por cierto, que Antonio es muy modesto y no pone nada:
http://repasodelengua.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Vivo loca por tu recuerdo
A menudo pienso en tus besos
Dame algo que me diga
Que no te has ido todavía …
Suelo soñar con tus te quiero
Aunque piense que no fuiste sincero
Prefiero engañarme
Prefiero creerlo..
Hasta tu perfume huelo
Hasta tu aliento respiro
Me estoy volviendo loca
No estas y yo te escribo
Ayudame quiero olvidarte
Quiero despertarme
Sin tener que extrañarte
Loca estoy porque aun te quiero
Loca estoy porque me muero
Loca seguire porque aun te busco
Sigo loca porque incluso
Por tu boca vivo ,
Estando loca
Por tus besos muero
Sino me tocas

Loca por quererte, loca por tenerte
Sigo loca
aunque mi muerte
Acabe con esta historia

June

Fábio Jesus dijo...

Olá, gostei muito do blog, apesar de ser brasileiro, eu adoro locais abandonados e vou começar a fotografar alguns aqui na minha cidade (goiânia), além das fotos fico muito impressionado com a história do local.
Parabéns pelo blog!!!

Esperando al tren dijo...

Encantado de recibir una visita desde Brasil... y estaré encantado de visitar tu blog si te animas a hacerlo.
Un saludo y FELIZ AÑO

Patino dijo...

Buen trabajo, como en todas las entradas que has publicado hasta ahora. Y la idea de colocar fragmentos de los artículos de CJC no ha estado nada mal, ciertamente.

Sólo un pero: la carretera que sube por el Alto del León, carretera de La Coruña, es la N-VI, no la N-IV (esta era la Carretera de Andalucía).

Saludos, Stewie.

Esperando al tren dijo...

Tienes toda la razón. Me bailó ahí el teclado.
Muchas gracias por el aviso, ya lo he corregido.
Un saludo!

Anónimo dijo...

Muy buen reportaje,sigue investigando,lo haces realmente bien.Soy de burgos y se me cae la cara de verguenza,tambien se de mas sitios enmi provincia y me da pena.Gracias a los dictadores de mi comunidad pasa esto y solo en municipios que apenas tenemos fuerza,pero siempre nos piden sus votos.Que podemos hacer?Ojala venga algun diael remplazo este gobierno son todos unos estomagos agradecidos.

Esperando al tren dijo...

Me parece que poco cambiaría la situación.
Todos los políticos son más o menos parecidos.
Por ejemplo, el cierre de líneas de tren fue con gobiernos (tanto regional como central) socialistas.
Los del PP (entonces AP) dijeros que lo reabrirían... y seguimos igual.
Ahora en el PSOE regional hablan de reapertura... pero es lo de siempre.
Todos iguales.

Manuel dijo...

Pena, auténtica pena me da ver el estado actual de las instalaciones de La Colonia, estuve allí como alumno de la 2ª Promoción de Preparación para la A.G.B.S., y ver las fotos me ha producido, a la vez, recuerdos y malestar.

Esperando al tren dijo...

Es un sentimineto habitual de la gente. Quizá "odiamos" un lugar cuando estudiábamos o trabajábamos en él, pero cuando después de los años volvemos a verlo, nos entra la nostalgia.
Desgraciadamente verlos así producen mucha pena.

He. dijo...

¡Buenas!
Un articulo muy interesante.
Lo cierto es que conozco el Sanatorio de la Barranca y es increible.

Me he quedado observando fijamente esta foto (y la siguente "sierra2") y no logro averiguar a que Sanatorio corresponde:
http://3.bp.blogspot.com/_7EXlnb1b00Y/RlNjDBIdDYI/AAAAAAAABkM/TLHdekP9VbI/s400/sierra1.jpg

¿Podrías darme alguna pista?
¡Gracias!

Esperando al tren dijo...

Pues creo recordar que es algo del Ejército del Aire y que está en uso.
No sé si fue sanatorio o siempre algo militar.
El tipo de construcción concuerda, pero no te puedo decir más.

Anónimo dijo...

que recuerdos, yo estuve durante dos veranos, aqui en este centro, y da pena ver en lo que ha quedado, aun recuerdo los baños en la piscina cuando veniamos del monte.
saludos gracias

Esperando al tren dijo...

Me alegra saber que te ha despertado buenos recuerdos. Gracias por el comentario y un saludo.

Anónimo dijo...

yo estuve con 9 años, fueron los turnos del 63 y el 64, y efectivamente nos bañabamos en la piscina al regresar del monte. que extraño verlo asi ahora, da pena pensar lo que fue y en lo que ha quedado. gracias por el articulo. saludos.

Esperando al tren dijo...

Un placer que llegue gente que lo conoció.
Me alegra mucho haberte hecho retroceder un poco en el tiempo.
Un saludo,

Anónimo dijo...

Primero felicitarte Stewie por el excelente y bien documentado reportaje que haces de la COLONIA y, me vas a permitir, que como antiguo alumno en los cursos 62-63y 63-64 y profesional de la medicina modifique y complete algunos detalles sobre la TUBERCULOSIS fue en 1944 la estreptomicina la que mejoró bastante los resultados frente a la enfermedad y sobre todo el descubrimiento de la ISONIACIDA (INH) en 1952,con lo que se modifica el curso de la enfermedad con la triple terapia: estreptomicina + isoniacida + etambutol o paraaminosalicilico (pas) durante 18-24 meses siendo contraproducentes los sanatorios antituberculosos porque son un foco de bacterias resistentes y tambien se sabe que "la hierba del jardin no crece" porque muchos de los pacientes tiran la medicación por la ventana, en los años 60 aparece la RIFAMPICINA (RIFAMICINA) y etambutol,creo que sobre los años 70 la PIRAZINAMIDA ,a pesar de haber rebrotado la TBC con la aparicion del SIDA y descubrirsa cepas resistentesen Asia y Africa (2%), creo que no se volverá a los sanatorios antituberculosos .
En aquella epoca había tre hermanos de Bilbao (los hermanos Ros) y uno de ellos estuvo encamado todo el curso y con los cuidados y atenciones fuera de lo habitual (supongo que allí cogería la TB).
Comentar que tambien estuve en el Salvador y esto a su lado era un 5 estrellas.
He leido el foro del colegio de Valladolid y me identifico plenamente con las opiniones vertidas, a mí personalmente me tocó poco porque llegué al grupo de los mayores, entiendo que algunos como C. Mena que es mas joven que yo pero de esa época, no compartan los impresionantes relatos de Juan el Pinfano, algún día si tengo más tiempo dare mí opinión al respecto.

Sí te sirve esta información haz el uso que creas conveniente y si lo consideras que no es procedente no la publiques , no obstante seguiré entrando en el foro porque considero que es parte de mipersona.
Un saludo a todos

Un pinfano

Esperando al tren dijo...

Hola Pínfano,
Muchas, muchísimas gracias por el aporte.
Siempre que alguien me corrige-amplia-complementa alguna entrada me llena de alegría porque supone primero que alguien lo ha leído completo y después que a ese alguien le interesa tanto como para molestarse en dejar el comentario.
Así que, de nuevo, gracias.
Respecto a publicarlo, aquí se publica todo, lo bueno y lo malo, las alabanzas y las críticas.
Y por supuesto que un comentario tan interesante como el tuyo tiene cabida en el blog.
Ahora espero el de El Salvador.

odilupsusej dijo...

Estuve varios veranos en la Colonia en los años 58,59,60..,Desde Sevilla ibamos en tren a Madrid y en Madrid nos llevaban al cuartel de Automovilismo en la Calle Bretón de los Herreros donde cogiamos un autobús del Ejercito, para llegar a Quintana del Puente. Recuerdo que a partir del segundo año, aparecieron dos autobuses con niños y niñas portuguesas. Había comenzado el intercambio internacional, algo así como la Erasmus de aquella época.
Las niñas iban a Santoña en Cantabria,que entonces era Castilla la Vieja. De la Colonia , tengo muy gratos recuerdos, las excursiones al pueblo, a las minas de cristalina, que no era otra cosa que mica, al Moral etc.Teniamos dos equipos de futbol uno era el Rayo Vallecano (de rojo y blanco y otro el Español.
Saludos

miguel bermejo martin dijo...

Este reportaje es muy frio , sin sentimiento .Pase en la Colonia 4 años ,de los 8 a los 11 y los crios que corriamos y viviamos en esas salas ,dormitorios ,capilla etc ,esos recuerdos .... .Da pena el estado actual .Lo mejor seria demolerlo completamente .Los recuerdos de nuestras monjas y sargentos , de los domingos en el cine viendo las peliculas de vaqueros o de romanos ,la piscina donde aprendimos a nadar , las naves corridas ,los compañeros de aquellos dias lejanos ,eso nos queda para los que vivimos aquella magnifica Colonia llena de vida y esplendor.

Anónimo dijo...

Y cada vez está peor. Paso con mucha frecuencia por ahí. Nunca me había parado. Hace tres meses estuve fotografiando todo esto, incluso subiendo a algunos pisos con miedo de que algo se viniera abajo. Ya no sé qué más se puedan llevar, pero ver cómo han arrancado cables de la luz, cocinas, inodoros, ventanas, esas vigas de hierro, inmensas, me hizo pensar mucho: pudiera haberse venido abajo todo el edificio... ¿Culpables de todo esto? ¿Y qué importa ya? Pero sí, los hubo. Quizá llamarse "General Varela" gobernando los que gobernaban en 1988 propició la ruina. Había entonces muchas cosas a rapiñar. No creo que una dotación militar hubiera sido costosa de mantener, hasta conseguir que el edificio hubiera sido traspasado. Incluso gratis. Ahora sólo es alimento de la nostalgia y herida permanente en la nava. Pablo H.A.

irene carlota dijo...

Estuve interno en el año 1960 (recuerdo a los sargentos y al brigada que nos cuidaban) y a la hermana sor Teofila.
Hay alguien que me pueda decir el título de una película que nos ponían los jueves por la tarde (era sobre unos seres que vivían bajo tierra).
Mi correo jjdelhellin@yahoo.es

Unknown dijo...

Yo estuve en el 86. José luis davila 247 habitación 8

irene carlota dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ferrand dijo...

Yo estuve 3 años seguidos como colonia de verano, allà por los 68,s del siglo pasado. Me acuerdo de la administración de la paga de los padres por las monjas todos los sábados y las caminatas en pleno verano por barrancos cantando canciones "de época".
También recuerdo cogernel tren en Madrid protegidos por la PM, parada en Medina del Campo para ver pavos reales y jugar en el parque y volver al tren hasta nuestro destino. Subirnos al camión y a disfrutar.
Cambiando de tema, me ha gustado la historia que has contado sobre el edificio.

Ferrand dijo...

Y los niños que se rompian un brazo porque perdian el equilibrio en el columpio ese que daba vueltas cuando empujabas con los pies a una barra para que se moviera.

Ferrand dijo...

El columpio ese era el que hacias remo. Y los futbolines y el cine y las monjas que decian "ahora calladitos y andandito, derechos al lavabo" o algo así, y las jarras metálicas llenas de agua para las comidas y las cenas. Ahora tengo 61 años y todavía me acuerdo con cariño de ello.

Antonio dijo...

Yo también fui desde Sevilla un verano. Sí, hombre, la cristalina. Íbamos a recolectarla al monte, bajo la supervisión de un sargento. Una vez se avistó una liebre en un prado y nos hicieron formar un amplio círculo para ver si la capturábamos. Yo tenía un compañero que sabía hipnotizar, lo hizo con otro y le decía, "¡cuidado, una serpiente... písala, písala!" y el hipnotizado daba zapatazos en el suelo como un poseso.

Anónimo dijo...

Yo estuve en el verano de 1984 a la tierna edad de 12 años y tengo recuerdos imborrables aquella inmensa dependencia con quizá 150 camas y aquellas habitaciones de 4 literas la piscina bajando ese terraplén el campo de arena los grupos que se hicieron para competir en deportes y actividades aquellas monitoras vestidas de militares las excursiones que se hacían aquella sala de cine y ahora en ruinas y dicen que se oyen psicofonías "de día da miedo de noche es terrorífico"

Anónimo dijo...

Todos los que piensan como como lo pasasteis en la Colonia Infantil General Varela, yo estuve con 11 años en el 78, y sólo conocí las palizas que me dieron tanto los monitores como algún Sargento borracho. Me explico, cuando nos levantaban por la mañana, el que no salía de la cama recibía del Sargento con un trozo de manguera varios golpes en la cabeza, a veces portaban una cantimplora abollada ya vacía, del alcohol que habría tenido.

Luego el castigo hacer seis camas.
Las monjas "Sor Pilar" menudas bofetadas daba, cuando no te castigaba en la capilla el resto de la noche (El reloj sonaba cada cuarto de hora) ni te podías dormir, y sólo por tener "diarrea" y levantarnos al baño. Sigo
En tiempo libre nos íbamos al campo, y nos perdíamos, bien por las cuevas de yeso o por la "senda de los elefantes", llegamos tarde al estudio y el monitor nos puso las dos horas restantes de rodillas con los brazos en cruz y cuando le apetecía cogia un palo de escoba dabas la vuelta a las manos y te sacudía, a mi me llegó a dar 50 , se levantó la piel de las palmas. Sigo
Otro monitor "Jesús" uno bajito, creo que era marica. Con la cadena del silbato, te daba en la cara si te movias.
Sigo Un Sargento borracho, con una tabla , le bastaba un golpe para hacerte saltar las lagrimas. Los profesores ni se molestaban, no teníamos material, me lo enviaba mi Madre desde Madrid, bolígrafos, estuve dos semanas sin bolis, por qué te los mangaban cuando te distraias. Piscina? Ni la probamos.

Anónimo dijo...

Colonia Infantil General Varela. Escuela de represión y palos,. Alguno estaría enchufado y protegido o hijo de un alto mando, claro clasismo, , lo que yo vi, solo le faltó al PATER pegar. Por qué allí daban leña todos.