Vamos con la segunda de Abandonos abandonados de este verano de 2014.
Como casi todos los lectores de Esperando al Tren conocen, en verano damos cabida a esos lugares de los que, siendo igualmente interesantes, no hemos podido conseguir la información necesaria para elaborar uno de nuestros habituales reportajes.
La línea P
Finalizada la Guerra Civil, el gobierno del General Franco estimo de vital importancia la impermeabilización de la frontera que une a España con Europa mediante la construcción de una serie de búnkeres, cuarteles y asentamientos que permitieran defender el territorio patrio de posibles invasiones.
Así, se reforzó la propia muralla natural que formaban los Pirineos a lo largo de los aproximadamente 500 kilómetros que separan el Cantábrico del Mediterráneo con la construcción de 6.000 asentamientos de todo tipo de los 10.000 previstos.
La parte que estamos visitando está en el centro del Pirineo aragonés y su función, aunque afortunadamente nunca debió utilizarse, era la defensa de la Estación Internacional de Canfranc y, llegado el caso, la destrucción del túnel ferroviario que la una con Francia.
Estación de Las Infantas
Si el verano pasado hablábamos de la estación abandonada de Castillejo-Añover, este año viajamos 7 kilómetros hacia el norte para encontrarnos con Las Infantas.
A pesar de estar en una línea muy frecuentada especialmente en esta época, cuando los veranes “escapan” del calor de Madrid hacia las playas de de la Costa Blanca como Benidorm, Calpe o Denia, al igual que su colateral sur está abandonada.
Pero a diferencia de la de Castillejo, aquí ya no para ningún tren a pesar del elevado número de circulaciones que atraviesan su único andén.
El edificio de viajeros se construyó en 1920 y cada día, como es frecuente, se deteriora un poquito más.
Fábrica de féculas
Pese a que es un lugar muy interesante, la información que hemos encontrado acerca de esta factoría de tamaño mediano situada en un pueblo palentino es tan escasa que sólo podemos contar que en ella se procesaban féculas.
Pero no queremos dejar pasar la oportunidad de mostrarla, así que dejaremos que sean las fotografías las que os cuenten su historia.
Texto: Tomás Ruiz
Fotografías: Daphneé García y Tomás Ruiz
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